Hace ahora 30 años, un joven y audaz Quentin Tarantino irrumpía de modo espectacular en el modo de hacer cine moderno con una película a medias sorprendente y a medias desconcertante, Pulp Fiction, en apariencia un derroche de violencia, tiros y sangre, pero con el tiempo se ha demostrado que, como algunos pudieron prever en su momento, contenía mucho más, en forma de provocación inusual, observaciones tan cínicas como inteligentes sobre las formas de vida americanas, y un extraordinario sentido de la ironía, entre otros ingredientes que sirvieron para dar forma al toque o estilo Tarantino, que ya se había insinuado con su primera película, Reservoir Dogs. Entre otros méritos, Pulp Fiction sirvió para recuperar a un espectacular John Travolta, prácticamente desaparecido tras su aparición como bailarín en la década de los 70 y que comparte interpretación con otros nombres no menos ilustres del cine. En su momento, la película fue un extraordinario impacto, admirada y denostada a partes iguales. Hoy, Pulp Fiction es un clásico y como tal viene a cerrar la programación del primer trimestre del Cineclub Chaplin. Por su larga duración, 153 minutos, la película se proyectará en dos sesiones, a las 18 y a las 21 horas, en versión original subtitulada en español, en la Sala Cinco de Multicines Odeón.
