Para poner fin al trimestre (y al año) el Cineclub Chaplin ha programado para este miércoles un título verdaderamente monumental, El Padrino, que une en su esencia dos cosas tan difíciles, y en principio antagónicas, como ser un prototipo ejemplar del cine contemporáneo y, a la vez, un clásico consagrado. Nadie creía en que esta obra sobre la mafia siciliana pudiera salir adelante y consolidarse, primero entre los lectores y luego en el cine. Ni lo creía el propio autor de la novela, Mario Puzzo, que la escribió a regañadientes y sin ninguna convicción ni los productores de la película, que solo decidieron abordarla cuando vieron que la obra literaria salía adelante. Se concitaron una serie de circunstancias para que el proceso pudiera culminar y en él tuvo una responsabilidad considerable el director, Francis Ford Coppola, entonces todavía en los dubitativos inicios de su carrera, responsable directo de transformar una vulgar historia de robos, crímenes y venganzas en una saga familiar orquestada en torno al padrino, Vito Corleone y luego a su hijo y heredero, Michael, acompañados por los demás miembros del clan. Como elemento conductor, en cuyo entorno gira el drama, Al Pacino, también entonces en los inicios de su carrera, que bordó la figura del joven sucesor del viejo Padrino y así dio pie a que luego pudieran rodarse dos títulos más de la saga. El Padrino llega 46 años después al Cineclub Chaplin, en versión original remasterizada, con subtítulos en español. Se proyectará en Multicines Cuenca Odeón el 19 de diciembre, en sesiones a las 17,30 y 21 horas, ya que tiene una duración de 175 minutos