Avalada con el Óscar a la mejor película de habla no inglesa, además de otros numerosos galardones (entre ellos el del festival de Cannes y el Globo de oro), llega esta semana al Cineclub Chaplin una de las películas que, premios aparte, ha producido un mayor impacto no solo en la crítica sino también entre el público. El hijo de Saúl, primer largometraje del húngaro Laszlo Nemes, se interna nuevamente en el proceloso ambiente de la segunda guerra mundial y en el terrible escenario de los campos de concentración, pero desde una óptica muy diferente a lo que hasta ahora hemos visto y conocido. Un prisionero judío, obligado por los nazis a colaborar con ellos en el macabro oficio de llevar a otros a la cámara de gas, cree reconocer entre una de las últimas víctimas a su propio hijo a cuyo cadáver pretende, como último consuelo, dar sepultura, librándolo del crematorio. A partir de esa idea, Saúl asumirá como propósito obsesivo, mientras aún le queda vida y antes de que él mismo sea ejecutado, rescatar el cuerpo del presunto hijo muerto y enterrarlo. Una historia impresionante en la que el drama personal se superpone al colectivo, para ofrecernos una visión diferente de aquel durísimo periodo de la historia reciente de Europa. La película, con una duración de 107 minutos, se proyectará este miércoles, 13 de abril, en versión original con subtítulos en español, en Multicines Odeón en sesiones a las 17, 19,30 y 22 horas.