Avalada por multitud de premios, el último de ellos el Goya a la mejor película europea del año, Cold War (innecesaria traducción inglesa del título original polaco, Zimma wojna) se configura, desde su primera proyección, como una de las grandes producciones del cine contemporáneo, a la vez que consagra a su director, Pawel Pawlikowski como un auténtico creador de historias, sensaciones e imágenes, en este caso plasmadas en un emocionante blanco y negro, que viene a ser una de las señas de identidad de esta excelente película.
Esta última afirmación no es gratuita. En el Cineclub ya tuvimos ocasión de saborear el buen hacer de Pawlikoski hace un par de años con Ida, oscar entonces a la mejor película extranjera.
En este caso, nos relata una historia de amor, tristeza y esperanza, en un país, Polonia, cruelmente marcado por las secuelas de la segunda guerra mundial y que busca la mejor manera de curar las dolorosas heridas dejadas por el conflicto a las que se une la dureza del régimen comunista. En ese ambiente opresivo y amargo, unos jóvenes buscan el modo de sobrevivir a través de la música, lo que les da la oportunidad de viajar a los países occidentales y descubrir situaciones muy alejadas no solo de la forma cotidiana de vivir sino también de la propia música, porque allí, al otro lado, suena el jazz y está empezando a llegar el rock’n’roll.
Cold War tiene una duración de 88 minutos y se proyectará este miércoles, día 13 de febrero, en versión original subtitulada en español, a las 17, 19,30 y 22 horas en la Sala Cinco de Multicines Odeón Cuenca.