Recuperamos la Semana de Cine de Cuenca. En un mundo marcado por el vértigo, la innovación, la búsqueda, lo sorprendente, volvemos la vista atrás y encontramos, injustamente marginada, una actividad positiva que durante dieciocho años impulsó de manera creativa y estimulante una parcela de la vida de esta ciudad. Y nos decimos que puede ser bueno mirar hacia aquel horizonte e intentar revivirlo. Porque fue útil, tuvo arraigo popular, introducía un toque de animación (y también algo de glamour, por qué no decirlo) en la mortecina vida del melancólico otoño conquense. Y porque, seguramente, se siguen produciendo circunstancias idénticas o parecidas a las que en aquel tiempo pasado, en el tramo final del siglo XX, hicieron conveniente la aparición de las Semanas.
El objetivo de esta cita es abrir un espacio al Cine Español de este momento, al último, a cinco muestras del que está recién elaborado, recién estrenado o a punto de hacerlo. No es un acto de chauvinismo ni de patrioterismo ramplón, sino que tiene el apoyo esencial de cuanto debe intervenir en cualquier propuesta surgida al amparo de unos condicionamientos culturales. Ahí deben estar la calidad, el interés, el riesgo, el compromiso con la realidad de nuestro tiempo y sus circunstancias. No todo vale, simplemente porque sea español. En el rigor de la propuesta que presentamos se encuentra el trasfondo de nuestra propia exigencia por presentar a la sociedad conquense una selección de títulos que den justa visión de dónde está y cómo es el cine español de este momento, el verdaderamente engarzado en valores ajenos al cúmulo de tópicos asentados durante años.
Creemos, sinceramente, que el Cine Español se lo merece, quizá porque la industria comercial no suele concederle el espacio necesario para que sea mejor conocido y quizá también porque otros muchos factores influyen negativamente para ofrecer una imagen distorsionada o no siempre ajustada a la realidad de la situación. Con nuestra Semana de Cine no vamos a solventar los problemas pero seguramente sí ayudaremos un poco a mejorar el nivel de conocimiento que se merece.
El Cine Español es el soporte de la Semana, pero no el único ingrediente. Prestamos atención al hermano pequeño, el cortometraje, convencidos de que en ese género diminuto, abreviado, existen auténticas maravillas dignas de ser conocidas. Y ofrecemos un ciclo paralelo de documentales, otro género magnífico, que este año dedicamos a Cine y Arte, con cinco películas que combinan maravillosamente esos dos ingredientes, al hilo del cincuentenario de la apertura del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, a cuya fiesta conmemorativa nos unimos con todo entusiasmo.
Hay otro aniversario importante, el del estreno de Calle Mayor, la gran película rodada por Juan Antonio Bardem en las calles de Cuenca, igualmente merecedora de atención en el seno de la Semana, en forma de una exposición que nos ayudará a conocer mejor aquel singular acontecimiento, junto con un breve seminario dedicado a analizar las circunstancias y la trascendencia de aquella película.
Y como también estamos en el año Cervantes, abriremos un hueco importante, orientado al sector educativo, ofreciendo un excelente documental dirigido a la atención de los estudiantes de Bachillerato.
De problemas, dificultades y necesidades no hablamos aquí. La Junta Directiva del Cineclub Chaplin asumió desde el primer momento que esos ingredientes forman parte del pan nuestro de cada día y con atrevido entusiasmo nos hemos lanzado a la piscina, en la seguridad absoluta de que el esfuerzo merece la pena. Y, como se suele decir en estas ocasiones, el público tiene la palabra.
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