Título original: Les herbes folles. Nacionalidad: Francia. Director: Alain Resnais (2009). Argumento: La novela de Christian Gailly. Guión: Alain Resnais, Laurent Herbier. Fotografía: Éric Gautier. Música: Mark Snow. Actores: André Dussolier (Georges), Sabine Azéma (Marguerite), Anne Consigny, Emmanuelle Devos.
Duración: 113 minutos
Versión original con subtítulos en español
Premio especial del jurado en el festival de Cannes
Una mujer pierde su cartera; un hombre, desconocido para ella, la encuentra. Entre ambos se va a establecer una relación sentimental extraña, llena de sobresaltos y situaciones imprevistas, en una cadena de acontecimientos que conducen a un imprevisible final
“A los 87 años, Resnais firmó su obra más anarquista, una mala hierba que costará arrancar de nuestra memoria”. Con esta frase, con la que termina la crítica firmada por Sergi Sánchez en Fotogramas, abrimos este comentario porque, sin duda, resume a la perfección el sentido enorme de esta película, sobre la que el mismo comentarista escribe en líneas anteriores: “La última obra maestra de Alain Resnais es un hipertexto camuflado de brusca comedia romántica, donde la aleatoriedad del azar es la responsable de hacer consistente la actitud imprevisible de los personajes, de unir sus miradas confusas o soñadoras con el cemento del amor fou”.
Alain Resnais (Vannes, Morbihan, Francia, 1922) estudió en el colegio religioso San Francisco Javier entre 1931-36, dejándolo por el asma. En 1936 comienza a rodar algunos pequeños fi lms en 8 mm. y descubre el teatro. En 1943, ingresa en el IDHEC, primera promoción, se especializa en montaje y muestra interés por la fotografía. Rueda sus primeros cortos en 1946 y hace el primer largo en 1959.
Ha pasado más de medio siglo desde que Alain Resnais emocionó a toda una generación de cinéfilos con dos títulos envueltos ya en la neblina de la mitografía: Hiroshima, mon amour (1959) y El año pasado en Marienbad (1961), a los que siguieron otros no menos emblemáticos para caracterizar y definir a uno de los directores más importantes de nuestra época: Muriel (1963), La guerra ha terminado (1965), Te amo, te amo (1968), Stavisky (1974), Providence (1976). Luego, a Resnais le correspondió pasar a ocupar el papel reservado a los clásicos y desde esa posición su cine se deslizó por las sendas de una lucidez narrativa siempre asentada en historias sólidas, envueltas en una atmósfera de melancólica observación de los sentimientos humanos.
Son películas de las que muy pocas han llegado a España, donde impera más la preocupación y el interés por las propuestas de la maquinaria productiva hollywoodense: La vie est un roman (1982), L’amour a mort (1984), I want to go home (1989), Smoking/No smoking (1993), On connait la chanson (1997), Pas sur la bouche (2003). Desde el horizonte de su edad, Resnais consigue una extraordinaria simbiosis entre la fidelidad a su mentalidad original, siempre preocupada por explorar en el territorio de los sentimientos humanos y la modernidad narrativa exigencia de la época en que ahora trabaja.
Con la tranquilidad que da no tener que estar pendiente de conseguir premios en festivales o medallas al mérito, ajeno a los rigores del mercantilismo publicitario, se plantea películas con las que personalmente se identifi ca, personajes creados por su poderosa mente o inspirados en obras ajenas, como sucedió en este caso: oyendo una emisión en France Culture se sintió atraído por la voz de un escritor, Christian Gailly; al día siguiente buscó sus obras y encontró esta novela y en ella el argumento que desde hacía semanas estaba buscando para su próxima película.
Cambió el título original, L’incident por el Las malas hierbas al considerar que los personajes de la obra se dejan llevar por impulsos irracionales “como esas semillas que aprovechan una grieta en el asfalto de la ciudad o de un muro de piedra en el campo para crecer donde menos se los espera”. Y así nace y crece esta película, que gustará más o menos, como todas, pero que transmite la enorme personalidad, tan propia, del maestro Resnais.