Ken Loach, a pesar de su edad (ha cumplido ya 80 años) mantiene en pleno vigor su espíritu inconformista, apegado a constantes reivindicaciones a favor de las clases sociales más vulnerables y desprotegidas, un territorio en el que encuentra siempre motivos de sobra para seguir realizando películas que, además, suelen ofrecer una respetable calidad cinematográfica.
Es el caso de Yo, Daniel Blake, premiada con la palma de oro en el festival de Cannes y con el premio del público en el festival de San Sebastián.
La verdad es que es muy fácil sentir simpatía por los personajes de Loach y encontrar identificación con sus problemas. Es el caso de Daniel Blake, un carpintero en edad avanzada que conoce lo que es tener que acudir por primera vez a los servicios sociales en busca de ayuda para poder sobrevivir, mientras la administración le obliga a buscar trabajo si quiere recibir una subvención del Estado, entrando así en un laberinto burocrático tan ciego como inhumano.
Naturalmente, todo ello, aunque situado en la Gran Bretaña conservadora de David Cameron, puede trasladarse a cualquier otro país de la muy desarrollada Europa de bienestar.
Yo, Daniel Blake, tiene una duración de 100 minutos y se proyectará este miércoles, día 18, en versión original subtitulada en español, a las 5 y 7,30 de la tarde y 10 de la noche, en la Sala Cinco de Multicines Odeón Cuenca. Previamente se proyectará el cortometraje El corredor, de José Luis Montesinos.