Un blues para Teherán se puede clasificar, en principio, como un documental, pero también tiene un fuerte componente argumental y, desde luego, musical. Con ello se comprende que no es una película que se pueda situar fácilmente en un apartado o en otro.
Lo que sí está claro es que el resultado final es un estimulante acercamiento a la realidad de Teherán, una de las más extraordinarias capitales del mundo, centro a la vez de uno de los países más desconcertantes que existen, porque el tópico suele reducirlo todo a un régimen severo y claustrofóbico cuando, en realidad, es un país bullicioso, dinámico y culturalmente muy activo.
Eso es lo que ha buscado el español Javier Tolentino al rodar Un blues para Teherán, con el que ha perseguido a través de las imágenes, los sonidos y los testimonios la realidad social y humana de una ciudad tremendamente vitalista.
La película tiene una duración de 80 minutos y se proyectará el miércoles, día 3 de noviembre, en Multicines Cuenca, en sesiones a las 17, 19,30 y 22 horas.
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