La sesión número 1772 del Cineclub Chaplin está dedicada esta semana a una película que, además de su interés natural en el terreno cinematográfico, nos va a permitir acercarnos a la cultura y las costumbres de un país seguramente muy poco conocido por la mayoría de los espectadores: Polonia, además de poder volver a disfrutar de la técnica del rotoscopio, una singular variante de la animación. En efecto, En nombre de la tierra, escrita y dirigida por la pareja formada por Hugh y D.K. Welchman (recordemos su película anterior, Loving Vincent, que vimos en el Cineclub), a partir de una novela del premio Nobel Wladyslaw Reymont, es una coproducción entre Polonia, Lituania y Serbia y está ambientada en los inicios del siglo XX, en un espacio rural donde aún imperan añejas costumbres heredadas del pasado, entre ellas la de comprometer al matrimonio a las mujeres sin importar mucho sus propios deseos. De esa forma, la campesina Jagna, enamorada del joven Antek, se ve obligada a contraer matrimonio con el padre de éste, un granjero rico y mucho mayor que ella, lo que dará lugar al conflicto inevitable entre todos ellos y, además, con el ambiente rural que los rodea. Para dar forma a esta película, los autores utilizaron más de 40.000 cuadros, inteligentemente ensamblados con las imágenes reales, consiguiendo un resultado en verdad muy llamativo. En nombre de la tierra tiene una duración de 115 minutos y se proyectará este miércoles, 7 de febrero, en versión original subtitulada, en sesiones a las 17, 19,30 y 22 horas en la Sala Cinco de Multicines Odeón Cuenca.