La sesión semanal del Cineclub Chaplin estará dedicada en esta ocasión a la película franco-belga Vincent debe morir, dirigida por Stéphan Castang, actor y dramaturgo, en la que ha sido su debut en la realización cinematográfica, algo que ha hecho con muy buenos resultados, ya que el film ha sido reconocido y premiado en varios festivales. El planteamiento es ciertamente interesante, a partir de un hecho que, por desgracia, se da con cierta frecuencia tanto en ámbitos juveniles como entre los adultos, cuando alguien, por motivos en apariencia incomprensibles, empieza a ser señalado con el dedo que lo margina, aisla o incluso puede dañar. Vincent, el protagonista, que es sin duda una persona normal, siente que a su alrededor se va creando un ambiente hostil, que empieza por las palabras pero que parece ir aumentando en gravedad hasta temer que le puedan hacer daño, dando lugar a una tensión creciente que afecta su vida personal y sus comportamientos. Parece que la única salida es huir de ese ambiente pero ¿hacia dónde? A partir de esta anécdota, Castang nos hace una propuesta ciertamente valiente y arriesgada, la misma que nos podemos plantear de manera constante hacia las agresiones verbales a través de las redes sociales o hacia el cada vez más extendido mensaje de los bulos emitidos por medios informativos que no parecen muy preocupados por verificar las verdades. Vincent debe morir tiene una duración de 115 minutos y se proyectará este miércoles, 8 de mayo, en versión original subtitulada, en sesiones a las 17, 19,30 y 22 horas en la Sala Cinco de Multicines Odeón Cuenca.