Título original: Habemus Papam. Nacionalidad: Italia, Francia. Director: Nanni Moretti (2011). Producción: Sacher Film, Fandango, Le Pacte, France 3 Cinéma. Productores: Nanni Moretti, Jean Labadie y Domenico Procacci. Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo y Federica Pontremoli. Fotografía: Alessandro Pesci. Diseño de producción: Paola Bizzarri. Música: Franco Piersanti. Montaje: Esmeralda Calabria
Actores: Michel Piccoli (Papa), Jerzy Stuhr (El portavoz), Renato Scarpa (cardenal Gregori), Franco Graziosi (cardenal Bollati), Camillo Milli (cardenal Pescardona), Nanni Moretti (El psicoanalista), Margherita Buy (La psicoanalista), Camillo Milli (cardenal Pescardona)
Duración: 102 minutos. Versión original con subtítulos en español
El cardenal Melville, recién elegido pontífice sufre un ataque de pánico justo antes de aparecer en el balcón de San Pedro en el Vaticano para saludar a los fi eles, que han esperado pacientemente la decisión del cónclave. Sus consejeros, incapaces de convencerle de que es el hombre adecuado para el trabajo, buscan la ayuda de un reconocido psicoanalista ateo.
Habemus papam es una película que puede inducir a cierta confusión inicial, si se atiende sólo a la personalidad del director, Nanni Moretti, un hombre de clara tendencia laica, nada religioso y con clara militancia izquierdista, y a la temática elegida para esta película, que pudiera hacer esperar una intencionalidad crítica hacia la iglesia, cuando no abiertamente irreverente. Nada de tales cosas. Moretti es respetuoso porque le interesa, más que la anécdota concreta de un papa que no desea serlo, es el hombre, el ser humano en general, esto es, lo que sucede a cualquiera, a cada uno de nosotros, cuando se ve obligado, en contra de su voluntad y sus deseos, a hacer lo que no le apetece en absoluto. Porque, como se ha podido escribir, esta película habla “del poder y la representación, de la responsabilidad y la humildad, del individuo como ser excepcional o ente general” y, en definitiva, “utilizando una de las instituciones políticas, simbólicas y representativas más importantes del mundo, el realizador italiano propone un profundo análisis social del mundo contemporáneo”.
Se trata, en definitiva, de un eslabón más de la sólida carrera que viene desarrollando Nanni Moretti (Brunico, Italia, 1953), cuya carrera cinematográfica se inició en 1973, rodando cortometrajes en super 8. Autodidacta (no realizó ningún tipo de aprendizaje académico), fue actor y productor en films dirigidos por otros, hasta que dio el paso definitivo a la dirección propia, presentando su primera película larga, Io sono un autarchico (1977) que fue una irrupción francamente demoledora en un cine italiano que todavía entonces vivía de las rentas de los grandes clásicos neorrealistas iniciando una larga carrera que le lleva a ser en estos momentos uno de los más cualificados representantes del actual cine italiano, a través de un estilo narrativo absolutamente peculiar, a caballo entre la comedia y el drama, muy en la línea que dio prestigio a esa cinematografía en las décadas posteriores a la guerra mundial. Recibió la consagración con un título emblemático del cine italiano moderno, La misa ha terminado (1986), a la que siguió la excelente Palombella rosa. En nuestro Cine-Club pudimos ver la magnífica Querido diario (1993) que nos permitió apreciar en profundidad la madurez de Moretti y la profunda convicción de sus ideas. Posteriormente proyectamos Abril (1998) y La habitación del hijo (2000) trayectoria a la que ahora añadimos Habemus papam. Con todas ellas podemos decir que el director italiano Va siguiendo, con constancia y contumacia, la senda que ya permite clasificarle como inclasificable. Estamos, sin duda, ante uno de los más originales directores europeos del momento.