Título original: Three. Nacionalidad: Alemania. Director: Tom Tykwer (2010). Producción: Stefan Arndt. Fotografía: Frank Griebe. Diseño de producción: Uli Hanisch. Música: Tom Tykwer y Johnny Klime. Montaje: Mathilde Bonnefoy Actores: Sophie Rois (Hanna), Sebastian Schipper (Simon), Devid Striesow (Adam), Annedore Kleist
Duración: 114 minutos
Versión original con subtítulos en español
Hanna y Simon son una pareja de cuarentones que viven en Berlín. Son modernos, cultivados, desinhibidos. Sin saberlo, ambos conocen a Adam, un chico más joven… y se enamoran de él. Cuando ella se queda embarazada, la pregunta es obvia: ¿quién es el padre?
Aparentemente, el objetivo de esta película es exponer las características de un trío, esto es, una relación amorosa a tres bandas, el típico triángulo tantas veces expuesto en el cine y en la literatura. Quizá convenga no ser demasiado superficiales aceptando una explicación tan sencilla y evidente. Quizá sea mejor intentar encontrar, en la propuesta con la que Tykwer regresa al cine alemán, algunas ideas subyacentes a las que conviene prestar atención. Porque a lo mejor de lo que el director está hablando es de conflictos personales, de crisis de pareja, de insatisfacciones íntimas, de búsqueda de remedios a todo ello. En fin, del amor y sus muy complicadas variaciones. Tom Tykwer (Wuppertal, Alemania, 1965) es uno de los más prometedores realizadores alemanes de las últimas generaciones; tenía solo once años cuando empezó a rodar cortos en super8; tras acabar los estudios secundarios intentó ingresar en alguna escuela de cine, sin conseguirlo, pero sí pudo acceder, en 1987, a ser el programador del cine Movimiento, uno de los más prestigiosos de Berlín, a la vez que escribía sobre cine.
Después de rodar un par de cortometrajes que no tuvieron ningún éxito pero insistiendo y entrando en contacto con personas de la industria (hacía entrevistas, participaba en festivales), consiguió a comienzos de la década de los 90 que uno de sus guiones, Deadly Maria, pudiera llamar la atención de la cadena ZSF de la TV alemana, de donde pudo pasar a las salas cinematográficas de carácter experimental. Con varios amigos, montó luego una productora, que pudo desenvolverse entre serios apuros financieros, hasta que en 1998 llegó por fi n el éxito: Corre, Lola, corre fue el título que le abrió las puertas, no solo del reconocimiento sino también de Hollywood. A ese título providencial siguieron otros como La princesa y el guerrero (2000), En el cielo (2002) y, sobre todo, El perfume. Historia de un asesino (2006), rodada con un altísimo presupuesto. Ahora Tykwer ha regresado a su país natal para rodar este Three en la que también recupera otra forma de rodar, más intimista, menos grandilocuente, en el que el protagonismo corresponde realmente a los personajes y no a la ambientación. Hay que señalar además una aportación singular de Tykwer a sus películas, como autor de la música de casi todas ellas. Igual que fue un niño prodigio en lo que tenía que ver con el cine, también en este otro aspecto, el musical, fue precoz, pues empezó a recibir lecciones de piano a los ocho años.
Cuando empezó a rodar películas, desde los inicios pensó que necesitaba expresarse no solo mediante las imágenes sino también a través de la música, si bien, como él mismo reconoce, la primera banda sonora que escribió lo hizo más por necesidades financieras, o sea, para ahorrarse el salario del compositor; sin embargo, esa primera experiencia le animó a continuar por el mismo camino, interpretando que puede ser un proceso paralelo la escritura del guión y la de la banda sonora que debe acompañarlo, concibiendo que todo ello forma parte de un mismo acto creativo, de manera que lenguaje literario y melodía musical se ensamblan en la mente del creador. A partir de ahí, y en colaboración con otros amigos (Reinold Heil y John Klimek), promovió la formación del grupo Pale 3 que utiliza para la composición musical, no sólo para el cine sino también para conciertos.