Título original: Whinter’s Bone. Nacionalidad: Estados Unidos. Dirección: Debra Granik (2010). Producción: Anne Rosellini y Alix Madigan-Yorkin. Argumento: la novela de Daniel Woodrell. Guion: Debra Granik y Anne Rosellini. Fotografía: Michael McDonough. Diseño de producción: Mark White. Música: Dickon Hinchliffe. Montaje: Affonso Gonçalves Actores: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Kevin Breznahan, Dale Dickey, Garret Dillahunt, Sheryl Tate Taylor Duración: 100 minutos Versión original con subtítulos en español
Ree Dolly, de 17 años, decide buscar a su padre después de que éste ofrezca la casa familiar como garantía para la fianza que le permitirá salir de la cárcel y desaparecer sin dejar rastro. Antes de perder su hogar y encontrarse sin techo en medio de los bosques de las montañas Ozark, Ree prefiere enfrentarse a la ley del silencio familiar hasta llegar a la verdad.
Con su segunda película, Debra Granik (Cambridge, Massachussets, 1963) irrumpió de manera sobresaliente en los oscar del año pasado, con cuatro nominaciones, incluyendo las destinadas a mejor película y mejor actriz, cumpliendo así la norma no escrita en el seno de la Academia de Hollywood de fijar la atención siempre en una película de sello independiente, escaso presupuesto y modestas ambiciones, para poner énfasis (y siempre lo hacen muy bien) en señalar que no sólo están atentos a los grandes espectáculos, las películas millonarias y los actores de postín. Winter’s Bone cumple a la perfección esos requisitos además de atender a otra cuestión no menos importante para el ámbito cultural de los Estados Unidos: poner de relieve que existe otro país, no solo el de los tópicos vinculados a Manhattan, San Francisco, Wall Street o Las Vegas.
Existe otro país, desde luego, el de los lugares anónimos, los seres marginales, las situaciones sociales delicadas. Es ahí donde escarba Debra Granik para dar forma a esta sobresaliente película menor, impresionante en su contenido, magnífi ca en su realización, con el descubrimiento de una actriz, Jennifer Lawrence, entonces desconocida y hoy encumbrada ya en los vericuetos de la fama y el glamour. Como previsión para su incorporación a las nominaciones al oscar, el siempre atento Robert Redford ya había incluido la película en el festival Sundance, donde se alzó con el gran premio del jurado además del galardón al mejor guión, repitiendo así el triunfo obtenido tiempo atrás, en 1998, cuando ganó también allí el premio al mejor cortometraje, Canal Snake.
Granik había crecido en los suburbios de Washington y se licenció en Ciencias Políticas en la universidad de Brandeis (1985), aunque pronto varió su orientación profesional, obteniendo un diploma en cine por la universidad de Nueva York. Nieta del pionero de la TV Thedore Granik (1907-1970), figura destacada en programas de debate en la pequeña pantalla, la directora fi rmó su primer largometraje en 2004, Down to the Bone, en un guión escrito en colaboración con Richard Lieske y que tuvo una distribución minoritaria. Si a la segunda va la vencida, está claro que Winter’s Bone ha servido para inclcuir el nombre de Debra Granik como una de las figuras más interesantes del actual panorama del cine independiente americano.
Como ha escrito Vicente Díaz, “a medio camino entre el drama y el cine negro, esta película independiente se desarrolla en un ambiente rural frío y desolado, poblado por esos rednecks –paletos norteamericanos– que generalmente aparecen en el cine como secundarios inquietantes o cómicos, y que aquí son los protagonistas. Bosques, caravanas, casas prefabricadas, ganado y chatarra dispersada son algo más que simple atrezzo en Winter´s Bone, ya que defi nen la personalidad de la película, aportando realismo y cierta desesperación a un fi lm que se desarrolla en un ambiente pobre y alejado del mundo de las leyes y la civilización. Los montes Ozark de Missouri en los que se desarrolla la acción y los personajes de peculiar habla y maneras que la protagonizan, casi todos dedicados a negocios ilegales, hacen que esta película de cadencia y puesta en escena cercana al drama se sienta en realidad como un western moderno”.
En esta película las chicas dan más miedo que los chicos….
Cierto, pero se rigen por un código de honor, cuestionable, pero en mitad de la nada, es lo que hay…