Título original: Moonrise Kingdom. Nacionalidad: Estados Unidos. Director: Wes Anderson (2012). Productores: Jeremy Dawson, Scott Rudin, Steven Rales y Wes Anderson. Guion: Wes Anderson y Roman Coppola. Fotografía: Robert Yeoman. Diseño de producción: Adam Stockhausen. Música: Alexandre Desplat.
Actores: Bruce Willis (capitán Sharp), Edward Norton (jefe de tropa de los scouts), Bill Murray (Sr. Bishop), Tilda Swinton (servicios sociales), Jason Schwartzman (primo Ben), Frances McDormand (Sra. Bishop), Kara Hayward (Suzy), Jared Gilman (Sam)
Duración: 95 minutos. Versión original con subtítulos en español
En una isla de la costa de Nueva Inglaterra en el verano de 1965 una chica y un chico de doce años se enamoran, hacen un pacto secreto y se escapan a terrenos selváticos e inexplorados. Cuando varias autoridades intentan perseguirlos, se forma una violenta tormenta en la costa… y la comunidad de la pacífica isla se verá trastornada irremediablemente.
Elegida para inaugurar el festival de Cannes de este año, la última película de Wes Anderson fue recibida clamorosamente y rápidamente calificada como la mejor obra de su autor, auténtica quintaesencia del cine que ha venido realizando desde que rodó su primera película en 1996.
Wesley Mortimer Wales Anderson (Houston, Texas, 1969), graduado en Filosofía en la universidad de Austin, entró en el cine rodando un corto en colaboración con un grupo de amigos, un trabajo que llamó la atención del productor James L. Brooks quien le facilitó el medio para transformarlo en un largometraje, Ladrón que roba a ladrón, su primera película, a la que siguieron Rushmore (1998), Los Tennebauns (2001), The life aquatic with Steve Zissou (2007), The Darjeeling limited (2007) y Fantástico Sr. Fox (2009), todas ellas, como se puede comprobar, marcadas por una línea temática que encuentra su explosión definitiva en Moonrise Kingdom: la niñez, la adolescencia, el fin de ese periodo, el acercamiento al mundo de los adultos, elaborando comedias sentimentales, con un toque divertido, pero muy lejos de la astracanada ridícula y espasmódica que forma en la actualidad el núcleo básico de lo que en Hollywood entienden por comedia, seguramente el género más venerable y respetable de la industria fílmica americana, asentado en un repertorio de títulos ciertamente memorable.
Anderson reconoce que para realizar Moonrise Kingdom se basó en su propia experiencia: “Quería recordar lo que es el amor a los doce años o por lo menos, cómo se imagina uno que es el amor a esa edad, una edad en la que el libro que estás leyendo puede convertirse en todo tu mundo. Cuando eres un niño, la aventura y lo fantástico te hablan. Crees o quieres creer que lo que lees es real”. Como en toda obra creativa, las referencias son siempre interesantes. Anderson proclama que para rodar esta película se inspiró en Black Jack (Ken Loach, 1979), Melody (Waris Hussein, 1971) pero, sobre todo, en La piel dura (François Truffaut, 1976), citas que vienen a decirnos en qué fuentes clásicas bebe el director tejano, caracterizado además por la absoluta precisión detallista con que lleva a cabo su trabajo, lo que convierte cada una de las escenas de sus películas en auténticas obras de arte en sí mismas, con un cuidado exquisito hacia el encuadre, la policromía y la banda sonora. Con una filmografía todavía escueta (sólo siete películas), Wes Anderson ha logrado convertirse en uno de los elementos más notables del actual cine estadounidense. (Los amigos de hacer comparaciones y analizar situaciones similares pueden guardar en su memoria esta película y luego, el mes próximo, ponerla en relación con Amor bajo el espino blanco, que bien puede ser lo mismo, en cuanto a amores juveniles, pero en versión china).